26 de octubre, 2018 | Rossana Solorzano | Radio Tele
Un campesino chino apasionado por la aviación desde su infancia, que soñaba con pilotar un avión, pero que perdió la esperanza de lograrlo algún día, Años más tarde decidió construir su propia aeronave, a mitad del campo.
Zhu Yue, que no finalizó la secundaria, casi terminó por completo su réplica a tamaño real de un Airbus A320, aparcado en una esquina de una pista rodeada de campos de trigo en el noreste de China.
El año pasado, se dio cuenta de que quizás nunca llegase a materializar su sueño de pilotar un avión: “llegué al ecuador de mi vida y me di cuenta de que no podré comprar un avión, pero podía construir uno”, dijo.
Invirtió todos sus ahorros, unos 374 mil dólares en el proyecto; pero su Airbus artesanal, que acaba de adornar con una cabina equipada con réplicas de instrumentos de navegación y con una pasarela para subir a bordo, no está hecho para volar. Zhu ha decidido convertirlo en un restaurante.
Con ayuda de fotos que encontró en internet, estudió las dimensiones y logró, con algunos errores, fabricar a tamaño real el fuselaje, las alas, la cabina, los motores y la cola. En total utilizó 60 toneladas de acero.
Además contó con la ayuda de otros cinco campesinos, igualmente aficionados a la aviación. “Por un lado, ganan dinero, y por el otro cumplen un sueño”.
A bordo, en vez de los 156 asientos habituales, se instalaron 36 plazas de primera clase para los clientes. Zhu aún no sabe si les servirá hamburguesas con patatas fritas o comida china, pero espera que su avión se llene pronto de pasajeros hambrientos.